Santi Jiménez, cursillista y dirigente del MCC en Madrid, fue mucho más que un profesor querido en el colegio donde trabajaba: fue un sembrador de fe, alegría y esperanza.
Su repentina partida en clase conmovió a toda una comunidad que respondió con lo mejor del corazón cristiano: la oración. Durante días, cientos de personas —alumnos, amigos, cursillistas y familias— se unieron para rezar por él, convirtiendo el dolor en un torrente de fe.
Hoy, Santi sigue evangelizando desde el cielo. Su vida y su testimonio nos recuerdan que el verdadero objetivo del cristiano no es esta vida, sino la Vida Eterna.
👉 Descubre su historia, que está llenando de luz, color y fe a toda una comunidad.
Lee más en El debate


