Este curso ha comenzado de forma única. La apertura de la fase diocesana del proceso de canonización de Sebastian Gaya marca la historia del movimiento de cursillos de cristiandad, de nuestra comunidad y de la Iglesia. Además ha supuesto que el comienzo del año fuese una llamada aun mayor a santificarnos santificando como lo hizo Sebastian. Con todo lo anterior resonando en el corazón, celebramos nuestra ultreya de inicio de curso. Fue un momento precioso de celebración, de acción de gracias por la vida entregada de Sebastian y por los frutos de su celo apostólico. También fue momento de petición por el nuevo curso que comienza, y de compartir en comunidad toda la alegría y la ilusión por arrancar un año tan especial. Fue un regalo seguir recibiendo de tantos hermanos cómo vivieron cerca de Sebastian, su legado espiritual. Cada uno de los que intervinieron hicieron posible que la ultreya fuera un acto de alabanza y gloria al Señor, un mosaico de testimonios que nos ayudó a todos a salir de la ultreya conscientes de la necesidad de poner el amor de Dios en el centro de nuestras vidas y ser así ejemplos luminosos en medio del mundo.
Cristina Casado