La Dana ha arrasado a nuestros queridos hermanos de Valencia, pero también ha arrasado nuestros corazones. Ver a tantas familias desoladas y desesperanzadas, nos ha conmovido a todos.
Acontecimientos como este, nos hacen ser conscientes, más aún, de nuestra fragilidad y, nos recuerdan que estamos aquí de paso. Pero también nos recuerdan que somos hermanos, hijos de Dios, y como tales, nos ayudamos, nos abrazamos, nos ponemos al servicio de los demás y rezamos al Padre pidiéndole esperanza y consuelo para los más necesitados.
Y así, hemos vivido estos días tantos hermanos del MCC ¡con palas y palanca!
Con palas, se fueron un grupo de 12 jóvenes del MCC de Madrid a Vilamarxant. Doce como los apóstoles ¿coincidencia? Allí se juntaron con otros jóvenes del MCC de Castellón.
Los vecinos del pueblo les acogieron con todo su cariño, haciéndoles la comida, lavándoles la ropa, siendo testimonio vivo de las palabras del Señor: “Hay más dicha en dar que en recibir» (Hechos 20:35).
Me emociono al pensar en nuestros jóvenes apóstoles, que no solo usaron sus palas para desenterrar lo que el barro cubría, sino también sus rodillas como palanca, para sacar de lo más hondo la esperanza de nuestros hermanos, con la adoración al Santísimo y la Eucaristía, conscientes de que sólo Él es el que les daba las fuerzas, el amor y la ilusión, para llevarlos a los que más lo necesitaban. Así recorrieron tantos pueblos: Paiporta, Catarroja, Picanya, Massanassa, Alfafar…así, “al servicio de los demás” (1Ped 4, 10), como reza nuestro lema este año.
Y como los dones del Espíritu Santo son diversos, otros queridos amigos del MCC de Madrid, pusieron sus “dones culinarios” al servicio de los demás, cocinando unas ricas paellas valencianas solidarias en su Parroquia de Santa Maravillas de Jesús, y donando todo lo recaudado para ayudar a los damnificados por la Dana. Así como tantas Ultreyas, que generosamente donaron sus recaudaciones para ayudar al pueblo valenciano.
Como dice Sebastián Gaya en la Hora Apostólica: “Las rodillas son las grandes palancas del Apóstol”.
¡Somos palanca! Y confiados en que somos sostenidos en el amor por la oración, lanzamos un rosario en cadena entre todas las Ultreyas del MCC de Madrid, rezando en todas las horas del día el rosario, desde el 5 hasta el 20 de Noviembre, y encomendando a todas las víctimas y afectados al Corazón Inmaculado de María, Madre y refugio que intercede por todos sus hijos desamparados.
Una vez más, el AMOR de Dios vencerá al dolor y, cuando el barro desaparezca, todo volverá a ser DE COLORES.
Rosa Braña