Jubileo de los jóvenes, Roma 2025 «Peregrinos de la Esperanza»

¡Hola a todos! Soy Santiago Suárez y tengo 26 años. Hice mi cursillo del 7 al 10 de diciembre de 2017 y desde entonces camino en la Ultreya de Cristo Sacerdote. 

Del 26 de julio al 5 de agosto vivimos una experiencia única: la peregrinación a Roma con motivo del Jubileo de los Jóvenes. Empezamos en Buccinasco, cerca de Milán, donde nos acogieron con mucho cariño. Allí visitamos la ciudad, ganamos el Jubileo en la basílica de San Ambrosio y compartimos momentos muy especiales en las decurias y con los rollos que nos dieron Pablo Martín y Pablo del Corral.

El 30 de julio pusimos rumbo a Roma, alojándonos en Ostia donde también estaban los peregrinos del plan corto. Al día siguiente cruzamos juntos la Puerta Santa en San Pedro, rezando en comunidad, y por la tarde nos reunimos con otros jóvenes madrileños en San Lorenzo Extramuros, donde el cardenal Cobo nos dio la bienvenida.

El 1 de agosto empezó el “no parar”. Por la mañana fuimos a San Pablo Extramuros rodeados de miles de jóvenes de todas partes del mundo. Fue impresionante hablar con chicos de Oriente Medio y Corea, y darnos cuenta de la suerte que tenemos de vivir nuestra fe en libertad. En el encuentro diocesano estuvimos en primera fila, y después celebramos la Eucaristía en San Pedro con 40.000 jóvenes españoles. Cantar “De Colores”, bajo la estatua de San Pablo, fue de los momentos más emocionantes del viaje.

La siguiente gran cita fue la Vigilia con el Papa en Tor Vergata. Tras caminar horas y vivir el agobio de la multitud, llegamos al lugar. Escuchar al Papa León, sus palabras de ánimo y esperanza, nos llenó de fuerza. Pero lo más grande fue el encuentro con el Señor en la adoración: miles de jóvenes cansados y empapados, con la cara iluminada de alegría. Fue increíble.

A la mañana siguiente compartimos la misa con el Papa, donde nos habló directamente al corazón con el lema “Peregrinos de Esperanza”. Después volvimos hacia Milán y nos acogieron en Ferno, un pueblo pequeñito donde la comunidad de Cursillos nos hizo sentir como en casa. Nos prepararon una excursión al Sacro Monte de Varese donde pudimos rezar el Rosario tal y como oraban los ermitaños que lo fundaron y escuchar el rollo espectacular de Espe Panizo en medio de la naturaleza. Además tuvimos un encuentro con las hermanas que viven allí actualmente. Pudimos compartir la tarde y la cena junto con los cursillistas locales (prepararon una carbonara espectacular) y testimonios que nos demostraron que, aunque hablemos unos italiano y otros español, somos la misma comunidad y hablamos el mismo idioma.

Regresamos a Madrid cansados, con la maleta llena de ropa sucia y recuerdos, pero sobre todo con el corazón renovado. El Señor nos regaló días llenos de Gracia, alegría y encuentro, tanto en los momentos grandes como en los detalles pequeños. Queremos dar gracias al Padre Sergio, a la Deleju, a Cursillos, al equipo (con mención especial a David, nuestro director espiritual) y a la comunidad de Ferno por todo lo que nos regalaron.

En definitiva, esta peregrinación fue un chute de fe y esperanza. Volvemos con ganas de ser apóstoles, con la certeza de que Dios estuvo presente en cada paso, y con el corazón lleno. De Colores.

Santiago Suárez

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