El pasado 2 de agosto, un grupo de misioneros pertenecientes al movimiento de Cursillos de Cristiandad partió hacia Perú con la misión de compartir el Evangelio y fortalecer la fe de la comunidad local.
Este viaje, que concluyó el 28 de agosto, no solo ha sido una bendición para aquellos que recibieron el mensaje de Cristo, sino también para nuestros misioneros, quienes regresaron exultantes de gozo, con una luz especial en sus rostros que reflejaba el fruto de su entrega y servicio.
La comunidad ha jugado un papel fundamental en esta misión, brindando su apoyo constante a través de la oración. Sin duda, ese respaldo espiritual ha sido un pilar de fuerza y esperanza tanto para los misioneros como para las personas que conocieron en Perú. La cercanía y unidad en la oración nos recuerdan que la misión no es solo una tarea de unos pocos, sino de toda la Iglesia.
Aunque los misioneros ya han regresado, la misión continúa. Seguimos teniéndolos presentes en nuestras oraciones, tanto a ellos como a la comunidad que ayudaron a formar en tierras peruanas. En especial, oramos por la comunidad de Bellavista, donde el domingo celebraron 62 bautizos, un signo de vida nueva y abundante en el Espíritu Santo. Que el Señor continúe derramando Su gracia sobre estas almas recién iniciadas en la fe cristiana.
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Rezamos para que pronto puedan contar con la celebración de la Eucaristía semanal o quincenal en la Iglesia de Bellavista, para que Cristo en la Eucaristía siga siendo el centro de sus vidas y de su caminar en la fe.
Que el Espíritu Santo siga guiando los pasos de todos los que participaron en esta misión y de aquellos que, con sus oraciones, siguen acompañando esta hermosa obra de evangelización.
¡De colores!
