Me llamo Pilar y estoy casada con Carlos, también cursillista, y tenemos 3 hijos. Ambos somos de la Ultreya de San Pedro Poveda, en las Tablas. Hice mi Cursillo en 2007 y el pasado fin de semana pude disfrutar de la Escuela de Iniciación.
Para mí, estos casi tres días, han supuesto un reencuentro con el Señor, una ocasión de recomenzar en mi amor con Él y escuchar su llamada para ser instrumento suyo en el Movimiento de Cursillos de Cristiandad.
Son muchas las circunstancias personales que se presentaron los días previos y que animaban a posponer mi asistencia a la Escuela, pero el Señor fue colocando todo en su lugar para que pudieses asistir. Que bueno es ver cómo el Señor, cuando ponemos todo en sus manos y nos fiamos de Él, organiza las cosas mucho mejor de lo que nosotros hubiésemos pensado.
Estos días han sido días de formación, de oración y de mucha alegría. Esa alegría que viene cuando uno se encuentra nuevamente con el Señor. El mirándome a los ojos me vuelve a repetir esas palabras que a todos nos dijeron en el momento de la entrega de la Cruz: “Cuento contigo”, y nosotros respondemos: “Y yo con su Gracia”. Porque, verdaderamente, no hay otra forma.
De todos los rollos que escuché, podría hacer un resumen de cada uno de ellos porque todos me llegaron al corazón, pero en todos ellos, el Señor me hablaba y me volvía a repetir una y otra vez: “Pilar, cuento contigo”.
El Señor me llama a ser fermento en mis ambientes, en mi trabajo, en el colegio de mis hijos, con mis familiares y amigos. Cristo cuenta conmigo para, dejándome hacer por Él, pueda llegar y tocar a todos los corazones que no le conocen o que le buscan o que por cualquier circunstancia le han olvidado.
El Señor, con este “cuento contigo” me llama a ser apóstol y ser santa al servicio del movimiento de Cursillos de Cristiandad dando lo mejor que tengo a los que me rodean que es mi amor a Cristo. Sin ningún miedo o respeto humano, porque el Señor no elige a los mejor capacitados, sino que capacita los que Él elige.
Soy una persona que por lo general me gusta tener todo bajo control y planificado. Pero en la Escuela el Señor me ha dejado claro, que cuando se trata su obra no hay que trazar ningún plan, la clave del éxito está en dejarse llevar por Él y por su plan.
Por eso, vuelvo a mi vida diaria con el convencimiento de que, si pongo mi vida en sus manos, Él me dará el 100×1, x2, x3… porque no hay mejor plan que el suyo. Y desde la Escuela de Iniciación me repito constantemente que mi plan es SU PLAN.
¡DE COLORES!
Pilar Diarte
