Soy Ángela Jiménez, tengo 21 años e hice mi cursillo en 2022, estudio Trabajo Social con Relaciones Laborales y Recursos Humanos, y voy a la Ultreya de López de Hoyos.
“Acordaos de vuestros dirigentes e imitad su Fe” (Hebreos 13,7)
Este verano me propusieron ser la responsable del grupo de adolescentes, y aunque dije que si un poco con miedo, esta siendo todo un regalo.
Junto a otros seis jóvenes de la comunidad: Alberto Merino, Diego del Prado, Javi Pérez Caballero, Ana Murga, Carmen Susanna y Marta Sigueros, acompañamos a los adolescentes del movimiento, hijos de cursillistas (o no cursillistas), amigos, primos … todo el que se quiera apuntar.
La finalidad de adolescentes es crear un grupo dentro del Movimiento donde jóvenes de 14 a 18 años puedan tener un encuentro con Cristo y vivir su Fe en comunidad. Un espacio en el que puedan conocerse, hacer amistades para crecer en la Fe y compartir experiencias. Una comunidad con todo lo que ello supone: acompañamiento, discernimiento, servicio, compromiso y formación. Nos reunimos dos sábados al mes y luego tenemos cuatro convivencias durante el curso. Para mi este grupo de adolescentes es el tesoro escondido de Cursillos. Se crea un clima de comunidad muy especial. Me siento una afortunada al poder ser testigo de cómo estos adolescentes se encuentran con Cristo, y hacer suya esa Fe que han heredado de sus padres.
Es un momento donde se empiezan a cuestionar cosas que antes simplemente daban por hecho, empiezan a conocer este mundo, que es maravilloso, pero que también te puede desviar un poco la mirada de Cristo. Me parece una etapa crucial en la vida, donde es muy fácil alejarte del camino si no estás acompañado correctamente. Ahora estos adolescentes son mi mayor precursillo, vivo en un “por favor Señor que no se pierda ninguno”.
Este precursillo no es otra cosa que el escuchar y estar ahí, mas que cualquier otro rollo, actividad o convivencia que podamos realizar. También he aprendido un montón de ellos, seguramente más que ellos de mi. Ver como hablan de Dios entre ellos con una sencillez que envidio y admiro un montón, la ilusión que ponen a cosas que yo ya he normalizado y que no debería hacerlo, y sobre todo el ver “seguir a Cristo” como el camino mas fácil, que a veces yo entre tanto mundo me complico mucho y es todo mucho más sencillo.

En cursillos decimos mucho la frase “Acordaos de vuestros dirigentes e imitad su Fe” (Hebreos 13,7), no os voy a engañar yo siempre había estado en el lado de “imitar su Fe”, no en la del ser dirigente y al principio era algo que me daba un poco de respeto, pero lo estoy disfrutando un montón, no por ser ejemplo, eso es lo de menos, sino por que también me ha puestos las pilas en mi Fe y en mi relación con Cristo. Así que solo puedo darle gracias a Dios, por contar conmigo para esto, y también pediros oración por estas jóvenes promesas del movimiento, y por el equipo de adolescentes.
¡De colores!
Ángela Jiménez